Ni liberales, ni conservadores: malhechores

Resulta que aquellos líderes del PP que han gobernado la Comunidad de Madrid durante años no son liberales, ni conservadores, ni «neocons», son vulgares ladrones de cuello blanco que han estafado a la ciudadanía madrileña, ¡qué tanto le ha votado!, millones de euros. Robaban y al mismo tiempo nos daban lecciones de moral y de buena política. No en vano Madrid, junto a Baleares, Valencia y Murcia, era el mejor escaparate de las políticas económicas del PP. Y Rodrigo Rato era el mejor ministro de economía de la Historia de España. A Dios rogando y con el mazo dando.
Investigados y arrestados por la unidad de la guardia civil que lucha contra los delitos monetarios y el crimen organizado, serán juzgados como malhechores que se habían confabulados para delinquir. Para saquear las arcas públicas. Todos los que fueron «grandes» de Madrid están investigados, procesados y en la cárcel. La «Doña» dimitida y callada.
Dado el estado de la situación solo falta que el ministro de Justicia, el Fiscal General del Estado y el Fiscal Anticorrupción dimitan para despejar las sombras de dudas que las investigaciones arrojan sobre sus actividades. Ya no son necesarios. Estas tres dimisiones fortalecerían a la democracia y, aún más, a las instituciones que representan.

Yemen una guerra olvidada

En Yemen más del 70% de la población pasa hambre. Inmersos en una guerra que financia, en parte, Arabia Saudí. En Euskadi un bombero se declara objetor de conciencia al negarse a la vigilancia de un cargamento de armas con destino a Arabia Saudí que posiblemente será utilizado en Yemen, Los datos difundidos hoy por los medios de comunicación y la imagen, durísima, de una niña que muere de hambre en un hospital, confirman que Yemen no necesita armas, sino alimentos, sanidad, educación y paz. Todo esto sucede con el conocimiento de la comunidad internacional y de la instituciones que la gobierna. Todo esto sucede ante la pasividad de una población que vota a Putin, Orban, Trump, Le Pen y otros fascistas despiadados.
Jaspers escribió que en «términos objetivos, los crímenes modernos no están previsto en los Diez Mandamientos». El no matarás se queda corto en el relato de los crímenes contra la Humanidad que plagan el siglo XX y la corta vida del siglo XXI.
El mal absoluto es aplicable a los líderes del mundo y sus cómplices inmediatos, pero el mal radical es posible gracias a los que se someten y pervierten «su humanidad» al darle la vuelta a la jerarquía entre la máxima moral y la satisfacción de deseos individuales e insolidarios que se sustentan en el sufrimiento y la muerte de millones de personas. El mundo está al revés. Esperar consecuencias ético y políticas positivas del progreso técnico y económico es una ingenuidad. La verdad más atrozmente certera es que la economía mundial crece sobre la pobreza extrema de millones de personas.
Yemen una guerra olvida, como tantas otras, que toleran los líderes mundiales y permiten las personas con su voto y su inhibición social.

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